Para estar sanos, hay que hacer una actividad física adecuada a nuestra edad y a las condiciones específicas de cada persona, alimentarnos de forma equilibrada y estar bien hidratados.
La práctica del ejercicio conlleva un aumento de la sudoración y por tanto un incremento de la necesidad de agua en nuestro organismo. Parece evidente que al igual que hacemos las recomendaciones dietéticas basadas en la variedad, calidad y equilibrio de los alimentos que ingerimos, también habrá que vigilar la cantidad y calidad de lo que bebemos.
Cómo mantenerse hidratado
- Debes beber entre horas durante todo el día. Si esperas a tener sed ya estás empezando a deshidratarte.
- El consumo habitual y genéricamente recomendado para cualquier persona adulta es de entre uno y dos litros diarios de agua. Es decir, entre cuatro y ocho vasos de agua.
- Durante el ejercicio bebe de 100-250 ml de agua cada 15-30 min.
- Beber agua durante la práctica deportiva es muy importante, ya que el cuerpo puede llegar a perder hasta tres litros de agua.
- El agua forma parte del 70% del tejido muscular y, por tanto, una hidratación adecuada ayuda a prevenir lesiones.
- La necesidad de hidratación puede variar según la duración del ejercicio, la intensidad, las condiciones ambientales y las características individuales.
- Si sudas mucho deberás aumentar la cantidad de agua.
- No son aconsejables bebidas con cafeína o gas y sobre todo no tomes nunca alcohol después de hacer ejercicio, ya que actúa como diurético. Tampoco tomes antiinflamatorios las 24 horas antes o las seis horas posteriores al ejercicio intenso, porque favorecen la eliminación de sodio.
- Cuidado con las bebidas dulces: retrasan el vaciamiento gástrico y disminuyen la absorción de agua.
- Si la actividad dura más de una hora son aconsejables bebidas energéticas de baja concentración (6-8% de hidratos de carbono) o zumos de fruta diluidos.
- Después del ejercicio, reposa líquidos inmediatamente. Consume bebidas energéticas con hidratos de carbono y electrolitos, ya que facilitan la recuperación de glucógeno.